La mediocridad de la tecnocracia peruana
Por: Juan Orlando Orrego Sevilla
Lo voy decir con sinceridad, buscar justificar la crisis social y política del Perú buscando y culpando al pasado de todo lo malo, nos demuestra la mediocridad en que vive la tecnocracia peruana. Los responsables son los que nos gobiernan y lideran las instituciones estatales hoy en el 2025. Aun asi ellos, se escudan en que sí luchan con la corrupción del país. Y la verdad es que solo quieren cubrir sus propia corrupción.
Es deber o obligación de todo nuevo gobierno corregir o cambiar los errores de su antecesor y/o proseguir con lo que fue o estaba haciéndose bien. En el Perú existe una decidía por este hecho llevado por la envidia a no aceptar o validar lo bueno del rival por un mal entendido concepto del poder.
Aquí nace porque un país tan rico y hermoso como es el Perú vive aún en el subdesarrollado. El peruano promedio no entiende que la política del odio visceral al enemigo del otra lado es absurdo e infantil. El país necesita tender puentes de diálogo racional. Entonces la anomalía de entender el tiempo y la historia a posibilitado que ciertos grupos organizados en el Peru lo hayan auto juzgado durante 40, 50, 70 o 100 años, para que siga mirando al pasado y que NO se trate de corregir ese ayer naciónal. Eso es lo que no nos deja avanzar. Todos sabemos los errores del ayer, pero dinamitar el presente por aquello que pasó, no justifica hoy por hoy destruir el futuro del País en la busqueda de imponer ideas y conceptos que el voto popular desde 1980 no a permitido.
No justifiquemos con ellos las grandes incongruencias políticas, sociales, políticas y económicas del ayer. Necesitamos sacarnos la vendas del pasado, despojarnos del odio y decir que país deseamos hoy y claro que mañana dejaremos a nuestros sucesores. Corregir sin odios porque tan peruano es el que aquí o el de allá, conciliar diferencias conceptuales de que es la justicia social, el libre mercado, capitalismos social, equidad, libertad de expresión, igualdad social y de género, libertades individuales y civiles.