CONCEPCION GEOPOLITICA DEL ESTADO


GEOGRAFIA Y DESTINO

Por: ANTENOR ORREGO

El escritor Hans Weigert en el primer capítulo de su libro «GEOPOLITICA» estampa las siguientes palabras: «La concepción de la geografía en su relación profunda con el destine del hombre seguía siendo superficial. Había sido ensenada durante demasiado tiempo por hombres que no lograban comprender que la política había estado dirigida y también ensenada durante demasiado tiempo por hombres que no lograban comprender que los espacios terrestres y marítimos son igualmente destino». Huelga decir que, con estas palabras, ingresamos de lleno en el dominio de la Geopolítica, ciencia reciente que nos ha revelado la unidad orgánica de la tierra. No obstante lo cual los estados fascistas europeos desdeñando y deformando sus mas fecundas enseñanzas recuérdese la estridencia belicista de Haushofer! se empeñaron en un orgulloso autarquismo suicida que condujo al mundo a la catástrofe de la ultima guerra.

İSi, el mundo moderno es una ceñida unidad orgánica!. Lo sabe muy bien Estados Unidos que intento mantenerse desde el principie de la guerra en una actitud «aislacionista» hasta que llego Pearl Harbour con su tremenda y aleccionante sorpresa. Lo saben muy bien Francia, Inglaterra y Estados Unidos mismo que con su política de «no intervención» en la guerra civil española dejaron pendiente a su espalda el primer puñal fascista que solo esperaba, para clavarse, la hora oportuna que felizmente no llego.

Dentro de esta vasta unidad orgánica del mundo cada Continente, cada estado o cada pueblo es, también, a su vez, una unidad geográfica, política y jurídica parcial que constituye precisamente su personalidad histórica y cultural. Esta personalidad histórica de los pueblos es tan respetable, o mas, que la personalidad humana. Y así como hay un Código o Carta Magna de los derechos del hombre, debería haber también una Carta Magna de los derechos de los pueblos. Cuando el Derecho Internacional alcance esta etapa habrá logrado un alto grado de evolución jurídica y el mundo habrá eliminado de un golpe muchos motivos de fricción guerrera.

La organización geopolítica del mundo, de la buena geopolítica, se entiende es el respeto de las grandes potencies a la personalidad histórica y geográfica de los pueblos. Estos deben agruparse en grandes bloques continentales, PUEBLOS-CONTINENTES, vastas confederaciones de grupos humanos que estén estrechamente vinculados entre si por sus espacios terrestres y marítimos, por su sentido telúrico y geográfico, es decir, por su destine cultural e histórico.

La falta de sentido geográfico y telúrico de que hablaba Ratzel condujo al mundo a ese desorden internacional que consistió en la opresión de las naciones débiles por las grandes potencias, en lugar de coordinar una acci6n política orgánica y cooperante. «La historia debe convertirse en geografía puesta en movimiento, y la nueva geografía en «historia puesta en movimiento». Y Weigert añade: «La historia nos enseña que la ignorancia de la geografía en el siglo XX es un crimen».

La unidad geográfica e histórica de los pueblos indoamericanos es uno de los hechos más evidentes de nuestra época. Hecho que ya entrevió Bolívar desde hace mas de un siglo. Geopolíticamente nuestros países deberían formar ya una poderosa estructura cultural, jurídica, política y económica porque ese es su destino. La acción que realicen nuestros estadistas debe sujetarse a lograr esta realidad que es la esencia de nuestra historia misma. Geografía e historia es la comprensión cabal de la vinculación entre tierra y estado que es precisamente su unidad indivisible y orgánica.

Acaba de sonar la gran campanada de la decisión y en la medida en que America sepa escucharla correrá al encuentro de su destino.

Marzo 11 de 1946.

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