SALUDOS POR LAS FIESTAS DE NAVIDAD Y FELIZ 2008
Estimados Companeros, Amigos, Hermanos:
Estamos viviendo la época más hermosa del año. En días como estos la humanidad hace un alto en sus inevitables cuotas de dolor para disfrutar de ese maravilloso tesoro espiritual que es la alegría de vivir. Estas fiestas y el Año Nuevo constituyen la temporada de la felicidad suprema, cuando todos, los seres humanos esparcidos en el planeta, de todas las edades, blancos, negros, amarillos, mestizos, se unen en la insuperable experiencia de la esperanza para alentar un superior destino para sus vidas.
No hay en todo el año una felicidad tan generosa como estas fechas, en la que cada uno de nosotros le damos cabida en el corazón a la noble aspiración de ser mejores humanos. Es una manera entrañable de rendirle culto al CREADOR, que tiene en sus manos divinas el poder de darnos la vida, de mantenernos la vida, y de retirarnos la vida.
Siempre hay tiempo para la esperanza, esa fuerza fascinante que mueve al mundo, y le permite a quienes la sienten la maravillosa oportunidad de convertir en realidad sus sueños mas entrañables. En estas fechas que comienzan en breve, son la perfecta inspiración para lograr esa dicha infinita que llamamos felicidad y que no es otra cosa que la paz con nuestra conciencia. Sin esa paz no es posible alcanzar y mantener la felicidad.
La experiencia personal a través de los anos de trajinar por el PERU y fuera de el; NO nos ha hecho renunciar a la ilusión. Seria devastador mutilar el alma, es decir, sacar la ilusión de ella. Si lo hiciéramos estaríamos regresando al tenebroso pasado de la lejana Edad de Piedra, cuando nuestros antepasados vivían en cuevas, eran paganos, y rendían diario culto a la violencia más despiadada. El sombrío recuerdo de esos tiempos debe desaparecer para siempre para dar paso y esa sana festividad que es la alegría por la vida.
Hay que amar la vida, porque es el gran regalo de CREADOR. Amar la belleza de los paisajes que la Madre Naturaleza ha creado sobre la superficie de la tierra, amar el trino de los pájaros que con sus bellísimos sonidos nos hacen recrear la lenta marcha de las horas, amar la sonrisa que en rostros ajenos nos revelan los lindos contornos del alma, amar, en fin, el majestuoso espectáculo de la vida que puede ser bella o fea, en la medida que nuestra voluntad busque el bien o el mal.
Estas dos semanas en la que siempre terminan estos años gregorianos, nos hacen volver a vivir el sublime encantado de una tradición que no ha dejado de acompañarnos a lo largo de la vida, desde la infancia hasta el presente, dándonos fuerzas para seguir adelante, venciendo todos los retos de la adversidad. En cada hogar se adornara de cosas diversas y significativas del momento, y a cada familiar, y a cada amigo hemos de enviar nuestra postal de celebración. Al hacerlo estamos realizando el ideal del Creador. "Amaos los unos a los otros".
Por ello, deseo a nombre de mi familia y nombre propio alcanzo a todos ustedes nuestro mas fraternal saludo deseándoles Felices Fiestas y un Prospero Año Nuevo.
Este mensaje renueva nuestra firme esperanza de que todo pueda ser mejor en el futuro. Y en la noche del 31 de diciembre, mientras esperamos la llegada del Año Nuevo 2008 hagamos fervientes votos de ser mejores seres humanos en los próximos doce meses. Esa será la mejor manera de celebrar estas fiestas en que todos podamos compartir el luminoso ideal de una felicidad plena, a la cual tenemos derecho desde que el CREADOR nos permitió estar en este mundo.
Lima, Diciembre 20 del 2007
Estamos viviendo la época más hermosa del año. En días como estos la humanidad hace un alto en sus inevitables cuotas de dolor para disfrutar de ese maravilloso tesoro espiritual que es la alegría de vivir. Estas fiestas y el Año Nuevo constituyen la temporada de la felicidad suprema, cuando todos, los seres humanos esparcidos en el planeta, de todas las edades, blancos, negros, amarillos, mestizos, se unen en la insuperable experiencia de la esperanza para alentar un superior destino para sus vidas.
No hay en todo el año una felicidad tan generosa como estas fechas, en la que cada uno de nosotros le damos cabida en el corazón a la noble aspiración de ser mejores humanos. Es una manera entrañable de rendirle culto al CREADOR, que tiene en sus manos divinas el poder de darnos la vida, de mantenernos la vida, y de retirarnos la vida.
Siempre hay tiempo para la esperanza, esa fuerza fascinante que mueve al mundo, y le permite a quienes la sienten la maravillosa oportunidad de convertir en realidad sus sueños mas entrañables. En estas fechas que comienzan en breve, son la perfecta inspiración para lograr esa dicha infinita que llamamos felicidad y que no es otra cosa que la paz con nuestra conciencia. Sin esa paz no es posible alcanzar y mantener la felicidad.
La experiencia personal a través de los anos de trajinar por el PERU y fuera de el; NO nos ha hecho renunciar a la ilusión. Seria devastador mutilar el alma, es decir, sacar la ilusión de ella. Si lo hiciéramos estaríamos regresando al tenebroso pasado de la lejana Edad de Piedra, cuando nuestros antepasados vivían en cuevas, eran paganos, y rendían diario culto a la violencia más despiadada. El sombrío recuerdo de esos tiempos debe desaparecer para siempre para dar paso y esa sana festividad que es la alegría por la vida.
Hay que amar la vida, porque es el gran regalo de CREADOR. Amar la belleza de los paisajes que la Madre Naturaleza ha creado sobre la superficie de la tierra, amar el trino de los pájaros que con sus bellísimos sonidos nos hacen recrear la lenta marcha de las horas, amar la sonrisa que en rostros ajenos nos revelan los lindos contornos del alma, amar, en fin, el majestuoso espectáculo de la vida que puede ser bella o fea, en la medida que nuestra voluntad busque el bien o el mal.
Estas dos semanas en la que siempre terminan estos años gregorianos, nos hacen volver a vivir el sublime encantado de una tradición que no ha dejado de acompañarnos a lo largo de la vida, desde la infancia hasta el presente, dándonos fuerzas para seguir adelante, venciendo todos los retos de la adversidad. En cada hogar se adornara de cosas diversas y significativas del momento, y a cada familiar, y a cada amigo hemos de enviar nuestra postal de celebración. Al hacerlo estamos realizando el ideal del Creador. "Amaos los unos a los otros".
Por ello, deseo a nombre de mi familia y nombre propio alcanzo a todos ustedes nuestro mas fraternal saludo deseándoles Felices Fiestas y un Prospero Año Nuevo.
Este mensaje renueva nuestra firme esperanza de que todo pueda ser mejor en el futuro. Y en la noche del 31 de diciembre, mientras esperamos la llegada del Año Nuevo 2008 hagamos fervientes votos de ser mejores seres humanos en los próximos doce meses. Esa será la mejor manera de celebrar estas fiestas en que todos podamos compartir el luminoso ideal de una felicidad plena, a la cual tenemos derecho desde que el CREADOR nos permitió estar en este mundo.
Lima, Diciembre 20 del 2007
