El sentido de Patria en un país llamado Perú
Por Juan Orlando Orrego Sevilla
“En defensa de la patria todo es lícito menos dejarla perecer”. José de San Martin. Padre de la Independencia del Perú.
La historia de esta nación es la conjunción de triunfos y derrotas, de avances y de retrocesos en el tránsito hacia su democratización total basada en la participación de sus propios pueblos. Nuestra historia es hija de la lucha por la emancipación nacional de esos pueblos y por ende de sus hombres y mujeres libres y de bien que durante dos (02) centurias han peleado por su libertad como pueblo - nación. San Martín “PADRE”de la Patria nos ha dejado el ejemplo más claro a seguir: "Seamos Libres, lo demás no importa nada. Juremos no dejar las armas de la mano, hasta ver el país enteramente libre, o morir con ellas, como hombres de coraje".
Por eso, no me cabe duda de que desde el 28 de Julio de 1821, han luchado dos Perú, que no podían entenderse, que necesariamente eran antagónicas, que chocaron desde los comienzos de nuestra historia independista y republicana.
Y como no hay nación sin organización política que la sustente, unos y otros dieron origen a las dos corrientes políticas que, prolongadas a través de distintos nombres: españoles y americanos, provincianos y limeños, indios ricos y mestizos cultos, federales y republicanos, civilista y conservadores, aprista y anti apristas, militarista y demócratas, han llegado hasta nuestros días.
No cabe duda hoy a luz de hechos e investigaciones serias recientes, que un sector que participó de manera directa e indirecta entre setiembre de 1920 y julio de 1821, tuvo temores y jumó a dos “ases” porque esto significaba la salida de la órbita española para entrar en la órbita desconocida o no entendida. Ello implicaba reconocer la apertura de la economía y el libre comercio inaugurado por los ingleses en 1806-7, durante las invasiones, en contra del monopolio español.
Para ellos, el Perú nació consubstanciada con el régimen liberal y su objetivo consistía en abrirse, económica y culturalmente, a la llamada "civilización europea", al enciclopedismo francés y al libre cambio inglés.
Esto beneficiaba a la clase de los comerciantes limeños en principio y luego al resto y específicamente a la costa nacional, que lucraban con las exportaciones y con las importaciones de manufacturas inglesas y de otros parte de Europa, lo que hacía que los grupos con intención independentista del interior del país no se vinculasen a ellos, por cuanto su política perjudicaba a las producciones provinciales que no podían competir con la industria extranjera.
Gusto o no reconocerlos, la independencia nunca fue un deseo expreso de las castas oligárquicas de Lima y mucho menos de los Indios, herederos de la tradición incaica. Pero un acontecimiento de suma importancia en el proceso revolucionario fue la llegada de San Martín.
San Martín representaba en América del Sur las tendencias del liberalismo revolucionario y popular de que estaban imbuidas las Juntas Populares de la revolución española y que ganaron la conciencia de los patriotas en todo América.
En el año de 1816, San Martín era el patriota más esclarecido-política y militarmente en el Río de la Plata, conduciendo la marcha de los acontecimientos en función de su estrategia para derrotar al colonialismo e imperialismo español en América.
Para lograr la Declaración de Independencia de tres países, San Martín se impuso militarmente a los españoles y políticamente a aquellos sectores vinculados a la elite de clase pro virreinal, que ya estaban negociando, tanto con España como con Inglaterra, la nueva dependencia de nuestros países
Desde la ciudad de Mendoza inició su plan para la liberación definitiva de Sudamérica: tras crear al Ejército de los Andes cruzó con el mismo la cordillera de los Andes y liberó Chile, en las batallas de Maipú y Chacabuco. Tomando bajo su control los barcos chilenos, atacó la ciudad de Lima, centro del poder español en Sudamérica, y declaró nuestra independencia en 1821.
Aun así, la oligarquía limeña, vio en ello, la posibilidad y se dispuso a enriquecerse como intermediaria de un comercio sin restricciones con Europa, y con el beneficio de las rentas de la Aduana. No me quedad duda y no voy a negarlo que de miserable como pueblo nación lo tenemos desde hace 200 años.
La “PATRIA” que anhelo San Martin como sueño sigue vigente, dado que seguimos excluyendo a los pueblos y a sus hombre y mujeres que hacen que tengamos la nación. Es justo ello, podemos decir que es correcto.
La respuesta es simple, NO… Nuestros lideres no han sido capaces de acometer la obra y tarea de crear “PATRIA”, ni identidad nacional. Nuestra clase pensante y académica nunca estuvo al alcance de los grandes retos de su tiempo y prefirió callar y llenar su bolsillo del dinero del Estado. Un silencio cómplice, pero acomodativo. Nunca crítico para no hacer revolución o cambiar la conciencia de la Patria – Nación, sino mas bien para crear la forma más miserable y sutil de esconder su responsabilidad, cual fue culpar siempre a otros. Y bajo la premisa de que “el anterior tiene la culpa” pudo mediocremente perdonar su miseria humana.
Manuel Gonzales Prada, el hombre más realista, ilustrado del siglo XIX demostró con hechos que nada a cambiado en el Perú, el país es el mismo, lo fue ayer y lo sigue siendo hoy. Negarnos a nosotros mismo que tenemos lo mas mediocre de la política peruana dirigiéndonos es ser ciego, incrédulo y porque no parte de nuestro infantilismo como nación que aún no sabe ni entiendo lo que es la #patria.
El primer político del Perú republicano, Víctor Raúl Haya de la Torre, siempre dijo que somos un país de odios, de odios enfermizos y sin sentido, necesitamos destruir, necesitamos encarnizar al oponente. Y acaso la Patria necesita o busca destruir a sus hijos, claro que NO. La patria quiere que sus hijos logren el beneplácito de la justicia social, que la equidad sea real, que la libertad se la mas coherente con el tiempo en que se vive por la patria en si desea una igualdad no decorativa de palabra o de placas, sino, que lo sienta cada uno de sus ciudadanos, solo así la “patria” tendrá sentido para todos.
Como #INGENIERO destacó o puedo destacar que hoy un “Ingeniero” gobierne la nación, literalmente es bueno. La esperanza del sentido de “patria” fue grande, porque todo ingeniero es visionario, he inspira el deseo de progreso. Los ingenieros, cual sea su especialidad, son motores de cambio y desarrollo. Pero podemos decir en verdad que sido así, la realidad de la “patria” dice que NO. Cerrar los ojos y negar esta realidad no nos hace bien como “nación”, porque la “mediocridad”, no es la piedra angular de los “ingenieros”. Los ingenieros hemos tallado nuestra piedra bruta para crear un mañana y no responsabilizar al ayer de nuestras incompetencias como profesional. Podemos entonces llamar “INGENIERO” aun hombre que personifica el primer poder del Estado y que no hecho nada aun por cambiar o aportar con obras tangibles la sociedad y que nos puede llegar a una crisis muy peligrosa en salud pública, en deterioro de la economía nacional y sobre todo no tener ni idea como mover y desarrollar una industria nacional golpeada por la parálisis creada por la “Gripe China”.
La Patria Sanmartiniana después de 200 años sigue clamando libertad, igualdad y fraternidad. Y urge de sus hijos e hijas libres y de bien unirse en ese sentido de patria, patria, patria, para salir de esta torpe situación política, en que nos hemos inmerso por nuestras propias decidías como pueblo – nación.
Es tiempo que los Ingenieros peruanos, asumamos la responsabilidad de los hechos y con crudeza casi de cirujano, actuemos como verdaderos motores de cambio, el Perú, la Patria así, los clama. No solo por nosotros, sino por los que vendrán. Solo así, seremos dignos de las generaciones que vendrán. Sino seremos culpables de callar ante la mediocridad de un Ingeniero que, siendo presidente del país, no estuvo a la altura para lo cual fue formado como profesional.
Tiempo de retos llegan, seamos conscientes de ello…. Por San Martin y la Patria que el anhelo y todos aun soñamos
¡¡¡Feliz 28 de Julio!!!
VÍVA LA PATRIA...
